viernes, 29 de mayo de 2020

"La triada del autosabotaje" : ansiedad, exigencia y perfeccionismo.


Quiero hacer una acusación seria, bueno, 

un mea culpa también. 

Empezaré así:

En mi corta experiencia de vida y con el inicio de mi vida profesional, he conocido y visto a muchas personas que gustan de hablar mucho, o mostrar lo que saben hacer, mostrar lo felices, tristes o enojados que están, tal vez en redes o tal vez contándoselo a alguien porque necesitan hacerlo, tan simple como eso. 

Tal vez la primera idea que venía a mi cabeza era: “pobre niña/o solo quiere atención” Es decir reducía toda la complejidad de un ser humano en algo tan absoluto como eso. Tal vez por qué no... negando mi propia naturaleza, porque creí o me hicieron creer que eso estaba mal. Entonces me reprimí, antes de hablar pensaba las cosas muchas veces (ya saben para no sonar tonta), Cree un graaan mounstro que realmente fue construido desde el miedo a no ser aceptada. Pero… si el miedo impide que vivas una genuina forma de ser, de existir de… ¡VIVIR! ¿Lo hace válido? ¿Tener miedo justifica negarte? ¿Hacerte más pequeño? ¿Anularte? 


Recién hace unos días pude verlo clarito, tratar de ser coherente todo el tiempo agota, te invita a vivir en la perfección, en la exigencia, en la ansiedad: autosabotaje, (o la triada del autosabotaje como yo lo llamo) porque creas una voz interna que te repite todo el tiempo que así como eres no está bien y así, no te das la oportunidad de descubrir quién eres y todo lo que puedes lograr.


Breve interrupción:


La triada del autosabotaje: Ansiedad , exigencia y perfeccionismo.    

       
Empecemos con la lucha de los deberías ya que nos ancla al pasado (tenemos 60 mil pensamientos al día).

 Empiezas con una lucha contigo mismo todo el tiempo, una lucha en la que siempre perdemos, porque en ese momento te divides y se genera un yo real y un yo ideal, ése que debió saber qué era lo que iba a pasar. Pero realmente solo existes tú, el real, el que, basado en el conocimiento adquirido, en sus experiencias, miedos y aciertos tomó una decisión, sé consciente que esa decisión salió de ti por eso, IMPORTA, es suficiente. Es mejor aprender a ser amable contigo y tus acciones, porque no tienes por qué ser perfecto y perderte el aprendizaje que contienen tus errores.

Cuándo una persona se juzga y se reprocha un error, se exige a sí mismo: “debí saber qué hacer” pero… ¿es un pensamiento algo mágico verdad? ¿Cómo yo podría saber o tener el conocimiento sobre un evento futuro? Es por eso que, aunque existan los deberías, podríamos aprender a aceptarlos porque suceden, pero sobre todo sería mejor cuestionarlos, enfrentarlos para poder modificarlos.


Ahora sí, sigamos…

Visto desde la Psicología, aprendemos a buscar que el otro se conozca, reconozca y se acepte, buscamos fortalecer sus potencialidades y mejorar sus debilidades que muchas veces los ayudan a sobrevivir, a afrontar el dolor. Es decir, los guiamos en el camino de aceptarse y reflexionar, que no necesitan ser otro. Es como son, lo que constituye su identidad.
 No sé muy bien a que se debe esto, tal vez ha sido así siempre, pero sin duda siento que está mas acentuado en esta época en la que todo debe ser perfectamente dicho en redes, cuando realmente en nuestras conversaciones cotidianas decimos lo que nos venga en gana, porque no queremos tener la razón ni decirle a los demás como manejar su vida, solo queremos expresarnos en confianza, muy pocos tienen el coraje de no crear un personaje para mostrar, alguien que sea real, algo malo de creernos ese personaje es que nuestro discurso se vuelve rígido, apretado, tal cual influencers de Instagram solo que en palabras y opiniones, nos damos a conocer a través de mensaje acartonados. Por supuesto que no hablo de todos, solo hablo de aquellos que necesitamos expresarnos por simple placer, que nos encanta conversar y compartir. Compartir nuestros miedos tal vez… porque estamos mas cerca de nuestra fragilidad, la aceptamos, aunque paguemos el precio se ser etiquetados como ridículos, yo creo que en nosotros solo existe la ingenuidad en creer que podemos intentar ser nosotros mismos.

Es como si al ver lo real que eres, los demás se sintieran incómodos porque reconocen en ti, esos “desperfectos” y juzgan: “cómo puede mostrarse así?” cómo puede atreverse a hacer eso, qué vergüenza (sí, lo sé con exactitud porque yo también lo he pensado) y te exhortaran a no hacerlo, porque no lo soportan ¿hay algo malo en ser expresivo? ¿en querer comunicar? ¿en tener libertad de actuar como realmente quiero? está demás que, evitando hacer daño a los demás, la única libertad que nos queda, una de las pocas que podemos elegir y defender, es la libertad a pensar y ser lo que quieras, nadie puede entrar allí, ese es terreno tuyo, ¿vas a seguir cediendo ese privilegio porque ser “escandaloso” está mal para la gente? No sé cual sea la verdad, solo quiero cuestionar. Ver feliz y pleno a personas que brillan cuando se aceptan tal y como son y que no callan y que no se opacan y que se sienten dichosos al vencer al fin el miedo de poder ejercer un llamado derecho absurdo, a ser ellos mismos.



*creo fielmente que hacer esta aclaración es algo innecesaria, pero, bah, la diré. 
Solo no apoyo ni respaldo a las opiniones de personas que buscan hacer daño con CONCIENCIA, es decir, sabiendo por qué hacen o dicen algo si es exagerado o no para un gusto en particular… está demás. No puedo dejar de ser yo misma porque tú no puedes tolerar la forma en que me acepto. Y que, sobre todo, soy feliz.

Joselyn Moour.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si estás interesado en un tema en especial, déjame tu comentario y en el siguiente blog haré una mención sobre tu colaboración. Difundamos juntos Psicología!

En las crisis replanteamos nuestros conceptos de vida.

  Cuando tu forma de ser no hace ruido. ¿Te has preguntado qué pasa con las personas que se ven perfectamente cómodas con su forma de ser? ¿...